Una incubadora es una entidad que le brinda apoyo a los a los comercios que están es sus etapas iniciales. El concepto de “incubadora” comenzó a ganar popularidad en 80's cuando instituciones universitarias lanzaron incubadoras afiliadas a la escuela, para poder ofrecerle mejores oportunidades de empleos a los estudiantes que se graduaron de su institución. El fin de una incubadora es que estos negocios se desarrollen y se fortalezca para que así eventualmente puedan crecer de manera independiente.
Tú éxito. La meta de toda incubadora es el éxito de sus participantes. La efectividad de una incubadora se mide por medio de los logros de los participantes que representa. El éxito de una incubadora y sus participantes van de la mano, si una incubadora no hace su trabajo bien sus participantes no pueden salir adelante, y con participantes que no prosperan la incubadora pierde prestigio y por ende clientes. Los participantes son el elemento más esencial en una incubadora.
Típicamente una incubadora ofrece mentoría financiera, legal, de mercadeo, etc, además de esto pueden ofrecer un espacio físico que incluye las necesidades básicas para operar un negocio: agua, luz, internet, entre otros. Los espacios de las incubadoras son colaborativos, donde encontrarás mentorías, espacios para “networking”, y la oportunidad de trabajar cerca de otros negocios emprendedores, frecuentemente con un enfoque similar al tuyo. Cada incubadora ofrece diferentes beneficios a sus participantes, pero típicamente ofrecen asistencia en mercadeo, estudios de mercado, acceso a instituciones de préstamos y a programas de “grants”. Sin contar la miríada de talleres que ofrecen sobre todos los “basics” del mundo de negocios.
Con una incubadora puedes crecer tu negocio a una fracción del costo que tomaría lograr esto por tu cuenta. No olvidemos que comenzar un proyecto siempre tiene riesgos, y las incubadoras actúan como un airbag que limita las posibilidades de fracaso.
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